Rosario de la Divina Misericordia

El rosario de la divina misericordia nace de la propia misericordia como un sentimiento que hace que una persona sienta compasión por otra, pero este sentimiento no solamente se queda allí, sino que impulsa a actuar a favor del necesitado y prestar ayuda. Así mismo, el Señor ha actuado en favor de la humanidad al enviar a su único hijo para salvar a todo el que crea en Él, y una manera de agradecer su inmenso amor es a través de La Coronilla de la Divina Misericordia.

El Rosario de la Divina Misericordia de Jesús es el más claro ejemplo de amor que pueda existir en el mundo, ya que fue capaz de dar su vida terrenal y atravesar el dolor para que todos pudiesen tener vida eterna. Por tanto, Jesucristo es la figura por excelencia que personifica la misericordia. Incluso quienes se alejan de su amor saben que pueden regresar y Jesús siempre les estará esperando con los brazos abiertos.

Más que enfocarse en el castigo, la doctrina cristiana se centra en el amor, por ello, Jesucristo acoge a todo aquel que le busque y le ofrece su ayuda para llevar el yugo. Cuando alguien tiene dificultades en la vida sabe que puede contar con la presencia divina de Jesús.

Rosario de la divina misericordia

Con base en ello, la Iglesia ha resaltado esta cualidad de Dios y de su hijo Jesucristo. La imagen de Dios es digna de confianza en tanto que ya ha dado a su hijo amado para liberar del pecado a seres imperfectos. Esto deja constancia del mayor grado de misericordia que Dios tiene hacia sus hijos.

Quienes deseen tener la aprobación del Señor también deben ser misericordiosos, ya que este es un sentimiento impreso en el alma de los fieles y necesita ser desarrollado.

Además de sentirlo, una forma de demostrarlo a Dios es por medio del respeto y devoción a María, ayudando al prójimo y, por supuesto, participando de los actos relativos a la misericordia –como la fiesta de la divisa misericordia- y rezando la coronilla, entre todos los rezos que debe efectuar un cristiano.

Es importante resaltar que el rosario de la divina misericordia fue dado a conocer a través de un diario de la santa Faustina Kowalska en 1935, a quien también se le conocía por el calificativo de “Apóstol de la Misericordia”, y quien narra en dicho diario que tuvo encuentros con Jesús. Esta santa plasma en su diario los encuentros místicos con el Señor debido a que Jesucristo mismo se lo pedía, así como su confesor –otro beato de la Iglesia conocido como Michał Sopoćko-, también le encomiaba a hacerlo.

Esta es la historia sobre cómo llegó el rosario de la divina misericordia a las manos de todos los fieles el día de hoy. Este rosario estaba destinado a ser conocido por todos, y es fácilmente constatar que era la voluntad divina que fuese así ya que por medio de una sola mujer entró el mensaje y este se logró esparcir por toda la tierra.

El papa Juan Pablo II fue una figura esencial en el reconocimiento de la divina misericordia. Pues, fue él quien promulgó que la fiesta de la divina misericordia fuese celebrada el segundo domingo de pascua, cada año, una vez que hubo canonizado a la santa Faustina.

Rosario de la divina misericordia

Jesucristo se convierte en la única opción para salvarnos, no sólo porque ya se entregó en vida por nosotros y tiene el poder para hacerlo, sino porque nadie más podrá personificar la misericordia tan perfectamente como él lo hacen, inclusive si se trata del alma de un pecador.

Así lo corroboró Faustina en su diario:

rosario de la divina misericordia

Fórmula para rezar el Rosario de la Divina Misericordia

Para hacer el rezo de la corona de la divina misericordia sólo se necesita hacerlo tal como se efectúan los rosarios. Primeramente, el creyente debe persignarse, y tras esto rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Credo.

A medida que la oración coincida con una unidad o cuenta de mayor tamaño, se pronuncian estas palabras:Luego, se recomienda elevar la oración tal como sigue:


Y, con las cuentas que son pequeñas se recitan las siguientes palabras:

 

Una vez que se haya terminado de rezar las decenas de la Coronilla, las cuales son cinco, se deben repetir las siguientes palabras:

 Previo a concluir, muchos creyentes suelen elevar la siguiente suplica:

El rezo del rosario de la divina misericordia concluye con un Credo un Salve. El creyente prosigue a persignarse.

Más que una serie de pasos memorizados, o aburridos, como muchos creen, el rosario de la divina misericordia es una oración poderosa que nos conecta a los seres humanos con el amor más puro de Cristo, su inmensa capacidad de perdón y su promesa de acogernos en todo momento, sin importar cuántas veces hayamos pecado en esta vida terrenal.

No obstante, vale resaltar que los pecados no son para dejarlos encubiertos, sino que ameritan ser confesados. El amor de Dios no es un sentimiento para burlar, sino que realmente se debe mostrar arrepentimiento y verdadero deseo de cambiar.

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