Salmo 20

1

Dios te escucha en el día que tengas miedo;

Dios te defenderá cuando lo necesites.

 

2

Te enviará protección desde el cielo,

Y te protegerá  desde Sion.

 

3

Tenga él memoria de todas tus ofrendas

y acepte tu holocausto. Selah

 

4

Recordará todos tus rezos que le enviaste desde el corazón,

para cumplir todos tus objetivos.

 

5

Nos alegraremos en tu redención,

y levantaremos  las enseñas  en el nombre de nuestro Señor;

Dios hará posible todas tus plegarias.

 

6

Dios rescate al consagrado;

Le contestará desde el cielo

con el poder de su mano derecha.

 

7

Ellos se encomiendan a las cuadrigas, y otros a los caballos;

Tus siervos a la palabra de Dios, porque tú nunca nos olvidarás.

 

8

Ellos se tuercen y se pierden;

Nosotros nos volvemos a levantar y somos firmes.

 

9

Sálvame, oh Dios;

que el Rey nos conteste el día que le llamamos.

 

 

El Salmo 20 la  mejor oración de los judíos por su rey

El salmo 20 fue escrito por David antes de una batalla, es una oración donde el pide victoria, y a su vez agradece a Dios por ella.

¿Oramos a Dios antes de un proyecto que se ve imposible?

El salmo 20 representa una oración realizada antes de una batalla, un escenario que se presentaba en aquellas épocas, pero que ahora podemos trasladarlo a cuando tenemos proyectos o situaciones que no son fáciles de lograr sin la ayuda de Dios.

En momentos de prueba y lucha sabemos que no es fácil sin la infinita sabiduría de nuestro Señor, por eso es necesario orar y pedirle a Dios su dirección para conseguir de manera victoriosa la batalla que tanto nos preocupa. Su compañía siempre nos guía para encontrar la solución, porque Dios es tan bueno que siempre quiere lo mejor para nosotros: nuestro triunfo en la vida.

El Señor quiere que en cada batalla seamos victoriosos, él sabe los buenos deseos del corazón,  conoce cuales son nuestros aciertos y desaciertos, por eso, si pedimos a él de corazón que nos ayude con una situación y él ve la humildad  junto al sentido de nuestro corazón, demos por hecho que nos concederá la victoria en esa circunstancia, para que celebremos con regocijo y enaltezcamos el nombre de nuestro Dios, un Dios bendito, que siempre atenderá a nuestras peticiones, porque él salva a sus hijos que son sinceros a la vez que reconoce que su hijo existe y que su nombre es Jesucristo, el Rey de Reyes.

No importa lo que suceda si mantenemos nuestra fe en él, ninguna situación podrá afligirnos o tambalearnos, y mientras los que no creen en Dios viven en miseria, nosotros los fieles creyentes estaremos por siempre regocijados en el amor de Dios, que es bueno y que por el clamamos.