1
Bonito es agradecer a Dios su amor,
y alabar su nombre con cánticos;
2
Comunicar al alba tu bondad,
y tu lealtad por la madrugada,
3
con el arpa de madera y la lira,
entonando gloriosos cánticos.
4
Dios nos das alegrías con tus obras;
Y por esa mimas obras que haces con tus manos
cantaremos de gozo.
5
¡Dios inmensas son tus obras!
Y tus pensamientos son tan bonitos como buenos.
6
El mezquino lo desconoce,
y el imprudente no te hace caso.
7
Los malos crecen como la mala hierba,
y los que realizan injusticias brotan constantemente,
para ser derrotado hasta la eternidad.
8
Sin embargo Dios, tu siempre serás nuestro salvador.
9
Observad como todos mis adversarios desaparecen,
porque mis enemigos sucumbirán a poder de mi Señor ;
serán ahuyentados todos los impíos.
10
Pero tú mi Señor me darás fuerza como un toro portentoso;
Seré bendecido con oleo fresco.
11
Y mis propios ojo retaré a mis enemigos;
Mis oídos escucharan la derrota de mis adversarios.
12
El bueno crecerá como la palma;
Y se Desarrollará como los arboles del Líbano.
13
Replantado en la casa de nuestro Señor,
brotará en los pórticos de Dios.
14
Incluso madurez seguirán creciendo;
Serán enérgicos y densos,
15
para proclamar que Dios es justo, mi soporte,
y en su ser no existe la maldad.
El Salmo 92 la mejor alabanza por la bondad de Dios
En el Salmo 92 se nos recuerda lo gratificante y maravilloso que es alabar a Dios y siempre recordar, tanto en la mañana como en la noche, sus cualidades de misericordia y de fidelidad.
Son estas cualidades las que le hacen siempre acudir en nuestro socorro en todos aquellos momentos que parecen difíciles y en los que podemos llegar a sentir soledad.
Solemos despertar, e incluso ir a la cama, pensando en todas las tareas pendientes del trabajo, los problemas familiares, o en los asuntos personales que atender, pero dedicamos muy poco tiempo a alabar a Dios por ser tan misericordiosos con nosotros.
En el Salmo 92 David nos muestra que su alma está llena de Dios, y de allí es que él siente tanta confianza. Efectivamente, muchas de sus alabanza y cánticos son para Dios, así como la que aparece en este Salmo 92 que, precisamente, es para alabar la bondad de Dios.
No sólo debemos acudir a Dios cuando necesitemos de algún favor, también es importante comunicarnos continuamente con Él para dar las gracias, o para exaltar sus magnas cualidades. Esto es de agrado para nuestro Señor, y también alimenta y fortalece nuestro espíritu.
Otro aspecto muy interesante que se destaca en este Salmo 92 es la grandeza de la maravilla de las obras de Dios, así como la profundidad de sus pensamientos. Por ello el salmista dice: “El hombre necio no sabe, y el insensato no entiende esto”.
El ser humano tiende a creer que es el más dotado de toda la especie y que nadie sobrepasa su inteligencia, pero al momento de vivir alguna dificultad se siente sin salida, y es allí cuando debemos invocar el nombre de Dios porque sus pensamientos son mucho más amplios que los nuestros y para Él es más sencillo observar conocer la solución a todo lo que estemos viviendo.