Jaculatorias del Rosario

Todos los cristianos reconocen el término “jaculatoria” porque cada vez que lo escuchan saben que se trata de hacer un tipo de oración. Esto también ocurre con el caso de las jaculatorias del rosario, así como con el resto de jaculatorias que existen, son simplemente invocaciones que se hacen y pueden ir dirigidas a la Virgen María, o recitarlas incluso durante los funerales.

Otros términos con los que se hace referencia a las jaculatorias es con invocaciones, oraciones, plegarias, o rogativas. Se reconocen con facilidad porque son frases cortas que se exclaman de manera repetida. En algunas definiciones se les considera como un acto en el cual se elevan suplicas al cielo.  La mayoría enfatiza la necesidad de que, al ser pronunciadas, sean verdaderamente sentidas en el corazón.

Algunas de estas jaculatorias son muy populares y las hemos escuchado frecuentemente como, por ejemplo: “María, llena eres de gracia”, “Ave María Purísima”, “Corazón de Jesús en ti confío”, entre otras. Las jaculatorias tienen la particularidad de que pueden ser utilizadas tanto para alabar como para rogar.

Las jaculatorias también tienen otro elemento que las identifica, esto es, que usualmente van precedidas por otra invocación a modo de respuesta como, por ejemplo, el caso de la letanía “Santa María” y luego le sigue el rogatorio: “ruega por nosotros”.

Anteriormente, existía una diversidad de letanías y eran tantas que el papa Clemente llegó a vetarlas, con excepción de aquellas que eran pronunciadas en Loreto –de allí que sean letanías lauretanas-, las que estaban en el Breviario y en el Misal.

Jaculatorias del Rosario

El Rosario posee una serie de once encíclicas, que deben ser recitadas durante el mes de octubre, y luego acompañadas de las letanías lauretanas, tal como sugirió León XIII. Por ello, muchas personas creen que la letanía forma parte del rosario, pero en realidad se trata de dos oraciones que no dependen la una de la otra, y que pueden rezarse en conjunto o no.

Algunas jaculatorias son las siguientes:

jaculatorias del rosario
jaculatorias del rosario

Tal como puede observarse, estas cortas oraciones –que algunas veces surgen hasta de manera natural, sin tener que esforzar la memoria- son ideales para permanecer cerca de Dios y de la Santa Virgen en cualquier momento de nuestras vidas.

Las jaculatorias también son un excelente medio para elevar las gracias hasta María, así como cuando nos sentimos mal por haber cometido una falla y necesitamos ser perdonados.

Es común que luego de rezar el rosario, una vez que ha culminado la doxología, o el himno en el cual se ensalza la santísima trinidad (“Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén”), se realiza una jaculatoria.

Estas jaculatorias reafirman el poder del rosario y el que este pueda ser un nexo poderoso para la contemplación de los misterios de la vida de Jesús y de su Madre. Así, el santo rosario se convierte en una de las maneras más extraordinarias de las cuales disponemos para exaltar y demostrar nuestro fervor hacia la Virgen María, ya que a través de todos los momentos que conmemoramos de la vida de Jesús podemos nutrir nuestra alma del amor y la misericordia más pura que jamás haya existido.

rezo jaculatorias del rosario

Hacer el rosario y sus correspondientes jaculatorias es importante puesto que en cada una de las apariciones que la Virgen han hecho, lo que siempre ha pedido es que todos los hijos de Dios hagamos elevar nuestros ruegos utilizando los rezos.

Este hecho lo podemos observar de manera ejemplar en la actuación del papa Juan Pablo II, quien siempre instó a orar, y una manera usual en la que él lo hacía era por medio del rezo del rosario.  Fue tanta la devoción de este papa que a él debemos el que se haya incorporado los misterios luminosos de Jesucristo, en los cuales se retratan momentos de la vida pública de Jesús y que nos sirven a todos para sentir ánimo y revivir los momentos de gran poder de Cristo, lo cual es, sin lugar a dudas, una buena forma de vivir tranquilos, amparados en la confianza que da su poder.

Cuando procedemos a realizar el rosario las oraciones que realizamos son Señor Mío, Padre Nuestro, el Ave María, Gloria, Salve, el Credo y la oración final, o jaculatoria,

Tal como hemos aprendido, durante el rosario se deben rezar diez Ave María por cada misterio. Todos los misterios deben iniciar con un Padre Nuestro y un Gloria y, cuando hemos finalizado, procedemos a elevar las jaculatorias que son: María, Madre de Gracia, las Alabanzas y el Gracias.

Posteriormente, cuando ya hemos terminado de rezar las decenas, o los misterios diarios, se deben decir –por tres veces- las jaculatorias Virgen Purísima antes, durante y luego del parto, tal como sigue:

jaculatorias del rosario
jaculatorias del rosario
jaculatorias del rosario

Para culminar se debe hacer la oración final y el Salve. Luego de esto el siguiente paso es persignarse para despedirse.

rezo jaculatorias del rosario

Actualmente, disponemos de todos los medios para nuestra salvación, y Dios no nos hace exigencias que estén más allá de nuestras fuerzas. Al contrario, nadie mejor que él nos conoce y sabe hasta dónde podemos dar. Todo lo que Él nos pide está en nosotros. Tenemos la capacidad de poder cumplirlo.

No podemos agradecer más a un Padre tan amoroso que nos ha provisto de un medio tan sencillo, como es el rezo, para comunicarnos con él y salvaguardar nuestra alma.

Las jaculatorias son un medio excelente para atesorar la presencia divina en nuestro corazón a lo largo del día y es tan poderosa que algunas veces se le denomina milagrosa, debido a todas las peticiones que se pueden cumplir con tan sólo elevarla a los cielos.

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