1
Oh Dios mío, mi corazón no tienen maldad, ni mis ojos se han perdidos,
ni voy quiero grandes riquezas
ni tengo grandes pretensiones.
2
La verdad soy honrado y mi alma está libre
como un recién nacido despechado de su propia madre;
como un crío desmamantado está mi alma.
3
Paciencia, oh Israel, con Dios
Para la eternidad.