Salmo 43

1

Me juzgarás, mi Señor y protegerás mis principios

de los pecadores; sálvame del impío mentiroso e injusto.

 

2

Ya que mi Señor eres la luz de mi camino, ¿por qué  ya no me quieres?

¿Por qué sufro si me adversario me ataca?

 

3

Envíame tu esperanza y tu fuerza; ellas me ayudaran,

me llevarán a  lo más alto de tu montaña

y al lado de tu refugio.

 

4

Entonces me aproximaré al trono de mi Señor,

El motivo de mi júbilo y mi felicidad;

y te rezare con los más bonitos instrumentos, mi Señor.

 

5

¿Por qué mi alma se entristece?,

¿Por qué  el desamparo llega a mí?

La esperanza está depositada en Dios,

porque le rezo,

¡Mi señor, mi amparo, mi Dios!

 

Salmo 43

 

El Salmo 43 para pedir vindicación y liberación

En el Salmo 43 David nos ha mostrado una parte muy íntima de él, y es que cómo se siente en su interioridad. David, se muestra abatido, cansado, necesitado de liberación y defensa por parte de Dios.

Sin embargo, el hecho de que el Salmo 43 nos permita conocer estos detalles sobre el estado anímico de David nos sirve como consuelo para nuestras horas más difíciles.

David invoca a Dios y le pide que lo juzgue y defienda su causa. El salmista ya siente que no puede más, o no tiene las fuerzas necesarias para luchar contra sus enemigos y salir victorioso, pero sabe que el único que puede salvarle es su Padre celestial, y por ello no duda en recurrir solicitando su apoyo.

En este Salmo 43 David suplica a Dios que le libre de la gente malvada y de los hombres inicuos, aquellos que mienten y engañan. Entre todas las personas, nuestra confianza solo puede ser depositada en Dios, y esto es algo que se repite muchas veces en la Biblia.

Siguiendo la palabra del hombre y creyendo en sus promesas solo podemos llegar a sentirnos defraudados, abatidos, cansados, no hay nada de glorioso en la vana palabra de otro mortal.

David confiesa sentirse oprimido y enlutado, siente incluso que Dios le ha abandonado, y por este motivo suplica para que le dé fortaleza. David pide que el Señor le envíe su luz y su verdad, ya que estas son las que pueden guiarle.

Así mismo, nosotros debemos pedir como guía la luz y la verdad que provienen de nuestro Señor, ya que solo estas nos podrán conducir hasta la morada de Dios, el lugar más seguro en el cual podamos encontrarnos.

David enfatiza en este Salmo 43, que nuestro Señor es un Dios de alegría y gozo. Fuera de Él no podremos encontrar más que pesadumbre. Si queremos sentir que nuestra alma tiene paz, de veras debemos alabar a nuestro Señor y esperar en Él.