Salmo 127

1

Si Dios no construye la casa,

en balde trabajan los obreros;

si Dios no salva la ciudad,

en balde vigila los soldados.

 

2

El resto que madrugáis

y vais tarde a descansar,

que se desviven por  conseguir el pan,

¡Dios te lo proporciona mientras duermes!.

 

3

Aquí, esta herencia de Dios a sus hijos;

Cuando el fruto sale de su vientre.

 

4

Como auténticas flechas de los guerreros,

Son los hijos durante la infancia.

 

5

Feliz será el hombre que carga su carcaj a lado de ellos;

no será humillado

cuando hable con los adversarios de la entrada.

 

127

 

El salmo 127 es la esencia de la vida

El salmo 127 es uno de los salmos graduales que se entonaban en las subidas al templo de los peregrinos que iban hacia Jerusalén, se dice que era cantado por los amigos y vecinos a la puerta de la casa de quien había tenido un hijo; es para demostrar la felicidad de que un nuevo ser había llegado al mundo y se canta en camino a la casa de Dios.

El salmo 127 habla de la prosperidad que viene de Dios, solo de Dios viene la prosperidad y sin él todo es inútil. Este salmo fue escrito por Salomón y nos habla de un tema complicado para el hombre: el fracaso, pero es de un fracaso que se presenta cuando Dios no esta en la vida de uno.

Este salmo habla de la protección divina, no hay nada seguro sin Dios, ni pan ni trabajo, con Dios todo esta asegurado, el éxito depende de él. Además este salmo toca tres asuntos importantes: la vivienda, la seguridad y la familia.

Si alguien quiere que estos tres elementos prosperen, tiene que saber que estos vienen de Dios. Si nos esforzamos en sentir constantemente el temor a Dios, podemos estar seguros que Dios no dejará de observarnos en el día a día y nos llenará de prosperidad en nuestras vidas.

Puede ser muy fácil vivir nuestras propias vidas y desear superar a los demás en muchas cosas, cosas que no están mal, pero no se podrá lograr lograr una gran prosperidad o si ya se tiene se puede perder de un día para otro sino se entiende que viene de arriba, de una fuerza superior a nosotros.

Dios toma apunte de la vida de todos y decide con nuestras acciones a quien darle la prosperidad que tanto busca, porque Dios es nuestro padre y no le desea el mal a quienes andan en el bien.