1
Bendito todo aquel que teme a Dios,
que sigue sus preceptos.
2
Vivirás y comerás con el esfuerzo de trabajo;
Serás feliz, y tendrás buena suerte.
3
Tu mujer será como una viña fértil
en el cobijo de tu hogar;
tus hijos crecerán como olivos y alrededor de tu mesa.
4
¡Así será bendecido el hombre
que duda de nuestro Señor!.
5
Dios te bendice desde Jerusalén,
y verás como la bondad llega a Jerusalén
durante toda tu vida.
6
Y verás a tus descendientes.
¡La paz está en Israel!
El Salmo 128 es la justicia de Dios
El salmo 128 es un salmo sapiencial que es una continuación del salmo anterior, el 127, fue redactado por David para su hijo Salomón perteneciente a los a los 15 cánticos que cantaban los peregrinos que se dirigían a Jerusalén.
Uno de los temas principales que se desarrollan en este salmo es el temor a Dios, pero no un miedo hacia Él, ni al ser castigado por Él. Este temor significa el no ser capaces de seguir su palabra, sus normas y no seguir su diseño ya que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios.
Por ello debemos ser capaces de reflejar su carácter en nosotros, seguir su palabra y no hacer nada de forma individual, siempre siguiendo sus órdenes ya que siguiendo el mandato celestial repercutirá en el beneficio, bendición y felicidad terrenal.
En este salmo se muestra el trabajo manual, la fecundación y serenidad como bendición divina. Lo podemos observar mediante la mención de símbolos vegetales como son la vid y el olivo. La vid representa a la madre llena de uvas, fecundada, rodeada de olivos que representarían a sus hijos.
Por lo mencionado anteriormente este salmo es recomendado que sea utilizado en bodas por su significado, es el inicio de un nuevo hogar y descendencia en la familia. Por esta razón también puede ser cantado en el nacimiento de un hijo.
Al describir el hogar del hombre temeroso del Señor, este se puede comparar figurativamente con las características de Jesús quien tiene de esposa a la iglesia, una fecunda vid; pero también hace referencia a los tiempos que le corresponden a los hijos en el reino de Dios.
Todos estos símbolos merecen un estudio mas profundo, pero se puede concluir que Jesús es la vid verdadera, si deseamos algo no podremos lograrlo estando separados de él, tenemos que ser conscientes de que la base de nuestra vida debe ser solamente Jesucristo, quien trae la salvación a la humanidad.