Salmo 15

1

Dios, ¿quién vivirá en tu altar?

, ¿quién habitará en tu trono?

2

El que camina por el bien, y lleva la verdad

la justicia acompaña a su corazón.

 

3

El que no difama  con su palabra,

ni  tampoco daña a su hermano

ni admite críticas contra su hermano.

 

4

El que no aprecia a quien va en contra de nuestro Señor,

pero respeta a los que admiran a Dios;

el que no se desdice, incluso cuando sale perjudicado;

 

5

el que no da riquezas a la escoria,

ni recibe dinero contra el pobre.

El que siga con rectitud llegará al olimpo.

 

salmo 15

 

El Salmo 15 representa la verdad de Dios

Señor, ¿Quién morará en tu casa? Este salmo nos muestra cual es el camino correcto para llegar al cielo, comienza con preguntas y contiene varias respuestas.

¿Quién puede entrar en la morada del señor?

Solo aquel que es intachable y anda en el sendero de la justicia, aquel que no calumnie, ni le haga mal al prójimo, aquel que sabe que es lo malo y sabe que es pecado, aquel que es auténtico y tiene integridad de corazón; solo esa persona que en su vida sea integro bajo los lineamientos de Dios, podrá entrar a la morada del señor, mientras eso ocurre, tener comportamientos que agraden al creador facilitara nuestro paso por la tierra, haciendo que las cosas sean más sencillas, mientras nuestra fe se mantenga en él,  y nuestro camino en la voluntad del señor, así lo refleja el salmo 15.

En este salmo Dios nos muestra cuál es su propósito en nuestra vida, porque a través de él, comprendemos si de verdad estamos orientados a entrar a la morada del señor, a saber si como humanos estamos en el camino que nos guía hacia su hogar, por eso Dios nos aconseja de manera sabia para que no erremos creyendo en nuestro propio criterio, sino que más bien nos guiemos por las palabras sabias del señor.

A través del salmo 15, Dios nos ama y nos pide amar a nuestro prójimo, así como él nos ama, de una manera infinita y llena de grandeza, si nosotros como hijos de Dios reconocemos estas reglas que aquí el señor muestra, veremos los inmensos frutos del amor de Dios, siendo capaces de emanar amor a quienes nos rodean en nuestras vidas y contagiarlos a ir por el bueno camino, sirviendo como instrumentos del el señor.

Él, nos pide aparte de justicia e integridad , verdad de corazón, esto significa que no solo con nuestra boca se diga una verdad, sino que lo sea de corazón, lo sintamos y obremos en función a ella; también nos exige además que cuidemos nuestro andar o con quien lo hacemos, es decir nuestros amigos y aquellos que forman parte de nuestra vida aquí en la tierra. Quien obra y cumple los mandatos de Dios nunca caerá en tinieblas.