1
Tú que habitas en lo más alto del Cielo,
Vives al lado del altísimo.
2
Diré con fuerza a Dios: “Eres mi cobijo y me das fuerza”,
Por eso confío en ti mi Señor.
3
El me salvará del cepo del cazador,
Y de las plagas más devastadores.
4
Con su plumaje rodeará,
y gracias a sus alas me protegerá;
la justicia es su broquel.
5
No tendrás miedo por la noche,
ni a las flechas que vuelan durante el día,
6
ni el hedor cuando camine sin luz,
ni tampoco la peor peste que puede hacer daño.
7
Pueden caer 1000 hombres en tu mano izquierda,
O 10000 mil en tu mano derecha;
Pero tú nunca estarás afectado,
Porque tu brazo y tu justicia son tu escudo.
8
Con una sola mirada,
Observarás la opresión de los malos.
9
Porque te cobijaste en la morada de Dios,
Y te escudaste con tu Señor.
10
No irá hacia ti, ningún mal,
ni ninguna peste llegara a tu casa.
11
Ya que nuestro Señor te enviará a los arcángeles,
para que te protejan de cualquier obstáculo en tu camino.
12
Te darán la mano,
para que ninguno de tu pies tropiecen con alguna roca
13
Caminarás por encima de los leones y víboras;
pisando fuerte a las crías de los leones y culebras.
El Salmo 91 según Reina-Valera
14
<< Has depositado fe y esperanza en mí,
Por lo cual te alabaré porque reconoce mi ser;
Me llama, por eso yo le contestaré;
15
Siempre podrá contar conmigo,
En las penurias o alegrías,
lo salvaré y respetaré.
16
Le otorgaré una vida más larga,
y le enseñaré el camino del bien.
El Salmo 91 de la biblia católica muestra como vive el hombre
Buscar seguridad en un lugar que no sea la morada de Dios es buscar indirectamente la muerte, porque tal como señala Salmo 91, Dios es omnipotente, y bajo su sombra es que podremos resguardarnos de los peligros que acechan en el mundo.
David compara a Dios con la fortaleza que tiene un castillo, y por ello este Salmo 91 es realmente esperanzador. El salmista nos dice: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente”.
Bajo el cobijo de Dios nada mala podrá nunca ocurrirnos. Muchas veces creemos que nada sucede, o que Dios no nos está escuchando, pero la verdad es que somos protegidos en los momentos que menos lo pensamos.
Así como relata David en este excelso Salmo 91, Dios nos libra de los lazos de los cazadores, de pestes, y nos cubre con sus plumas; allí, debajo de sus alas, podemos estar siempre seguros.
Es normal que sintamos terror en algunas noches, sobre todo, cuando el enemigo acecha nuestros pensamientos, pero ni siquiera en el terror nocturno debemos pensar que estamos solos porque la presencia de Dios nos guarda.
El salmo 91 en español es la esencia del cristianismo
Allí están sus ángeles para protegernos, tanto de día como de noche. Dios, ciertamente jamás nos desampara. Tal como enfatiza este Salmo 91, pueden caer mil a nuestro lado, pero nosotros nunca seremos alcanzados ni llegaremos a caer porque la fuerza de Dios nos sostiene.
No solamente nosotros estamos protegidos, sino toda nuestra morada, nuestra familia, se encuentra a salvo cuando dejamos a un lado la iniquidad y abrimos nuestro corazón para que Dios entre; desde ese momento las mismísimas alas de Dios comienzan a cubrirnos.
No habrá piedra con la que podamos tropezar, siempre nos acompañará en la angustia, y cada vez que le invoquemos Él contestará nuestras plegarias. Dios promete en este Salmo 91 saciar de larga vida a quienes realmente le aman y siguen sus mandamientos.